sábado, 29 de julio de 2023

Fisiopatología del ictus isquémico

Todos hemos conocido alguna persona que ha sufrido un infarto y nos hemos cuestionado cómo es que ocurre semejante enfermedad, sobre todo porque deseamos prevenirla. Es por ello que resulta importante conocer su fisiopatología, no solo por prevención sino para saber cómo actuar ante dicha enfermedad. 

El cerebro representa el 2% del peso corporal y aún así es capaz de consumir del 15 - 20% del gasto cardíaco, recibiendo un aporte sanguíneo de aproximadamente 1000 ml, que se distribuyen en alrededor de 700 por territorio carotídeo y 300 por territorio vertebrobasilar. Necesita un flujo sanguíneo cerebral (FSC) constante para garantizar una tensión arterial media que debe mantenerse entre 60 y 170 mmHg, un aporte adecuado de oxígeno (entre 3 y 5 ml/100gr de tejido cerebral /mint.) y de glucosa (entre 5.7 y 7.6 mg/100gr de tejido cerebral /mint.). El flujo sanguíneo cerebral, a su vez depende de la presión de perfusión cerebral (esta a su vez de la TA) y de la resistencia al flujo (esta a su vez de la viscosidad de la sangre y del diámetro del vaso). Como se puede notar, existen muchos factores involucrados para que el flujo sanguíneo llegue sin dificultades al sistema nervioso. Existen varios factores que lo regulan para que exista un funcionamiento adecuado, por ejemplo: la actividad neuronal, los reflejos barorreceptores y vasomotores del tronco encefálico y la propia autorregulación de la TA por mecanismo metabólicos, miógenos y nerviosos (inervación autónoma de los vasos).

jueves, 27 de julio de 2023

Cerebelo


El 
cerebelo es una región del encéfalo cuya función principal es la de integrar las vías sensitivas y las motoras.​ 
Esta estructura suprasegmentaria infratentorial se encarga de la coordinación de los movimientos, regular el tono muscular y de mantener el equilibrio, integra toda la información recibida para precisar y controlar las órdenes que la corteza cerebral envía al aparato locomotor a través de las vías motoras además de regular el temblor fisiológicoEl
cerebelo, más allá de las funciones de control del movimiento, está relacionado con funciones cognitivas y con el aprendizaje de secuencias motoras y no motoras. 

Fisiopatología de la hipertensión endocraneana


Disímiles son las injurias que pueden producir edema cerebral, desde tumores hasta hemorragias, hidrocefalia, etc. es por ello que resulta sumamente importante conocer cuales son los mecanismos fisiopatológicos y por que ocurre. Para ello es preciso señalar que el cráneo es una cavidad rígida que está compuesta internamente por el encéfalo, sangre y líquido cefalorraquídeo. Normalmente, por la ley de Monro - Kelly, para mantener la autorregulación del flujo sanguíneo cerebral y una PIC (Presión intracraneal) normal o constante, cuando aumenta uno de estos contenidos dentro del cráneo, otro disminuye.

miércoles, 26 de julio de 2023

Origen y circulación del líquido cefalorraquídeo.

El sistema nervioso presenta cavidades en cuyo interior circula un líquido incoloro que baña encéfalo y la médula espinal, por lo que se conoce como líquido cefalorraquídeo (LCR). Está compuesto principalmente por: agua, sodio, potasio, calcio, cloro, sales inorgánicas (fosfatos) y componentes orgánicos (producidos por las células gliales). Tiene varias funciones, en las que destacan la protección pues actúa como amortiguador en traumatismos, da estabilidad y sostén al encéfalo, sirve como reservorio y ayuda en la regulación del contenido del cráneo, en la nutrición, eliminación de metabolitos del SNC y es la vía de las secreciones pineales para llegar el Hipotálamo. 

Síndromes epilépticos electroclínicos y otros tipos de epilepsia

En las primeras etapas de la vida las epilepsias son frecuentes y tienen manifestaciones clínicas diversas, por lo general edad-dependientes. Existe una clasificación que aunque data del 2010 (clasificación de Berg) es muy representativa e importante pues nos muestra la aparición de los síndromes epilépticos electroclínicos y otras epilepsias según las diferentes edades pediátricas. El reconocimiento preciso de estos es necesario para determinar un tratamiento y pronóstico adecuados, ya que cerca de un 70% de las epilepsias en niños tiene una buena respuesta a tratamiento médico o remisión espontánea y buen pronóstico en el largo plazo. Un grupo menor, pero no menos importante, es refractario a fármacos antiepilépticos, destacando las encefalopatías epilépticas que implican un mal pronóstico neurológico y un grupo de pacientes refractarios que serán candidatos a otras alternativas de tratamiento, como cirugía de la epilepsia.