En los primeros temas hemos abordado el sistema nervioso desde su perpectiva macroscópica, y si bien podemos maravillarnos ante su complejidad y sofisticación, gran parte de su belleza radica en su estructura microscópica.
En este apartado estaremos explorando las células que lo componen y sus principales características, que nos ayudaran a comprender mejor su funcionamiento.
El tejido nervioso está conformado por neuronas, neuroglias y tejido vasculoconjuntivo.
Neuronas:
Las neuronas son células nerviosas especializadas que constituyen sus unidades funcionales básicas. Estas células tienen una forma ramificada compuesta por el cuerpo neurocelular (también llamado soma o pericarion) y prolongaciones que pueden ser cortas y múltiples llamadas dendritas o única y larga llamada axón. Tienen la propiedad de excitabilidad y conductividad, siendo las dendritas celulípetas que significa que conducen el impulso hasta el soma, mientras el axón es celulífugo, o sea, conduce el impulso que sale desde el soma.
Las neuronas pueden tener un tamaño variable, pudiendo ser pequeñas hasta gigantes; también pueden tener una forma variable, siendo unipolares, bipolares, multipolares o pseudounipolares. ¿Pero como podemos diferenciarlas?
- Neuronas Monopolares o Unipolares: tienen una prolongación única, que se divide no lejos del soma, dando una rama a la periferia y otra hacia el sistema nervioso; se encuentran en la mayoría de los ganglios cerebroespinales. Su longitud puede ser tan grande que, una única célula puede enviar no solo prolongaciones periféricas tan largas que lleguen a los dedos de los pies sino que, su rama central puede entrar en la médula espinal y bifurcarse en dos ramas (ascendente y descendente) que recorren varios segmentos medulares.
- Neuronas Bipolares: Las neuronas bipolares son un tipo de células nerviosas que tienen dos extensiones o prolongaciones: un axón y una dendrita. La dendrita recibe señales provenientes de otras neuronas o de células sensoriales, mientras que el axón transmite las señales generadas por la neurona hacia otras células. Estas neuronas se encuentran principalmente en los órganos sensoriales, como la retina del ojo, donde desempeñan un papel crucial en la transmisión de información sensorial al cerebro. Su estructura bipolar les confiere una capacidad especializada para recibir y transmitir señales de manera eficiente y precisa.
- Neuronas Multipolares: Las neuronas multipolares son un tipo común de células nerviosas que poseen múltiples extensiones llamadas dendritas y un axón. Estas neuronas son altamente ramificadas y se encuentran en varias regiones del sistema nervioso, incluyendo el cerebro, cerebelo, la médula espinal y sistema autónomo. Su forma y estructura permiten la integración de señales provenientes de múltiples fuentes y la transmisión eficiente de información a través de sus múltiples conexiones sinápticas. Las neuronas multipolares son fundamentales para procesos como la percepción, el pensamiento y la generación de respuestas motoras.
Es de esta manera que, a la agrupación de cuerpos o somas neuronales en el sistema nervioso central se le denomina núcleos y corteza (sustancia gris) mientras, en el periférico reciben el nombre de ganglios. Por otra parte, sus prolongaciones o axones, una vez reunidos en el sistema nervioso central forman tractos o fascículos (sustancia blanca) mientras, en el periférico se llaman nervios.
Las neuronas también se pueden diferenciar según la función que realizan en: sensoriales cuando conducen el impulso desde los receptores a los centros nerviosos, motoras cuando trasmiten el impulso desde esos centros hasta él o los órganos efectores y neuronas de asociación o intercaladas a las que establecen enlaces entre las aferentes y eferentes.
Para que exista una correcta transmisión de la información existen puntos de conexiones entre las neuronas y/o los órganos efectores o receptores; éstos son conocidos como sinapsis. Aquí las señales eléctricas y químicas (a través de neurotransmisores) se propagan al resto y constituyen la base de la comunicación y funcionamiento del sistema nervioso, teniendo dos acciones fundamentales: excitatoria o inhibitoria. Estas uniones se pueden establecer por continuidad o contiguidad, existiendo así sinpasis axodendríticas, axoaxónicas, axosomáticas, etc.
Ahora surge otra interrogante ¿Cómo ocurre la excitación nerviosa para que se genere ese primer impulso? Pues de la siguiente manera, teniendo en cuenta que la célula puede tener tres estados fisiológicos:
- Potencial de membrana en reposo (PMR): es el estado de reposo de la célula donde la membrana está polarizada (con cargas negativas en el interior y positivas en el exterior) y ocurre por un equilibrio iónico, donde existe más sodio y cloro fuera con mayor cantidad de potasio dentro.
- Estado de actividad: tiene lugar por la influencia de un estímulo, se realiza a través del potencial de acción, ocurriendo primeramente una despolarización con activación de la permeabilidad de la membrana que provoca entrada de sodio al interior y la inversión de las cargas electricas; luego ocurre la repolarización cuando la membrana se hace permeable al potasio y este comienza a penetrar nuevamente al interior de la célula para recuperar la polarización inicial.
- Estado de restablecimiento: se realiza espontáneamente por acción de la llamada bomba de sodio- potasio que, requiere ATP, en el cual el sodio es impulsado al exterior y el potasio al interior y restablecer el PMR.
Neuroglia:
La neuroglia, también conocida como células gliales o gliocitos, ocupan los intersticios entre las neuronas y aunque en el pasado se pensaba que su función principal era solo proporcionar soporte estructural a las neuronas, hoy se reconoce que desempeñan un papel fundamental en el soporte estructural y metabólico de las neuronas, la formación y mantenimiento de la mielina y la protección del tejido nervioso, por lo que son esenciales para el correcto funcionamiento y salud del sistema nervioso en su conjunto.
El número de células de la neuroglia es mayor que las neuronas, presentan prolongaciones y ramificaciones y difieren entre sí en tamaño y forma. La neuroglia incluye varios tipos de células gliales, como los astrocitos, ependimocitos, oligodendrocitos, células de Schwann y microglía. Cada tipo de célula glial tiene funciones específicas. Por ejemplo, los astrocitos brindan soporte metabólico y estructural a las neuronas, participan en la regulación del equilibrio químico del cerebro y forman la barrera hematoencefálica, que protege el cerebro de sustancias dañinas. La microglía, por su parte, tiene un papel en el sistema inmunológico del cerebro, defendiéndolo y reparando tejidos dañados. Los ependimocitos por su parte forman el epéndimo que es la membrana que tapiza los ventrículos cerebrales.
Los oligodendrocitos y las células de Schwann producen la mielina en el sistema nervioso central y periferico respectivamente. Esta sustancia blanca de aspecto graso y reluciente, se sintetiza alrededor de fibras nerviosas, así las aísla y protege, facilitando la conducción rápida de los impulsos nerviosos. Existe una diferencia importante en la mielina de SNC y el SNP, pues en el primero, después de una lesión o enfermedad, la capacidad de los oligodendrocitos para regenerar la mielina es limitada y en lugar de una regeneración completa, se puede producir una cicatriz glial, lo que dificulta su remilinización y recuperación funcional. Sin embargo, en el sistema periférico las células de Schwan pueden proliferar y remielinizar las fibras nerviosas lesionadas, lo que permite cierta recuperación funcional.
Tejido vasculoconjuntivo:
El tejido vasculoconjuntivo del sistema nervioso, también conocido como tejido conectivo neurovascular, es una red de vasos sanguíneos y tejido conjuntivo que rodea y nutre a las estructuras nerviosas. Este tejido desempeña un papel crucial en el suministro de sangre, oxígeno y nutrientes a las células del sistema nervioso. Los vasos sanguíneos, como las arterias, venas y capilares, atraviesan el tejido conectivo y se ramifican en diferentes regiones, asegurando un suministro adecuado de recursos para el funcionamiento neuronal. También actúa como soporte estructural y proporciona una barrera protectora para el sistema nervioso. En conjunto, este tejido es esencial para mantener la salud y el funcionamiento óptimo del sistema nervioso.
Todo este conocimiento resulta una herramienta esencial para en la investigación y la práctica clínica, pues es la base que permite explicarnos cómo y por qué ocurren determinadas enfermedades cuando se afecta el correcto funcionamiento del sistema o alguna de sus estructuras.
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